Bulla y Pepe destacan como ejemplos sobresalientes de esta fusión gastronómica, demostrando cómo la cocina española puede mantener su autenticidad mientras se adapta al contexto mexicano.

Si eres fan de la gastronomía española y te encuentras en la Ciudad de México, estás de suerte. En el vibrante panorama culinario de la CDMX, destacan dos joyas que ofrecen un auténtico viaje de sabores a España: Bulla y Pepe. Estos restaurantes españoles no solo cautivan con sus platos tradicionales y modernos, sino que también traen consigo el espíritu de las largas sobremesas, tapas compartidas y una atmósfera que te transporta al corazón de la península ibérica.

Un encuentro con lo mejor de la cocina española

La escena gastronómica española en la Ciudad de México se ha consolidado con propuestas que mezclan tradición y creatividad. Desde el norte con la cocina vasca y sus mariscos, hasta la frescura de la cocina mediterránea, los restaurantes españoles en CDMX han logrado conquistar paladares y corazones.

La zona de Polanco y Anzures se ha convertido en un epicentro para estas delicias, con restaurantes como Bulla y Pepe, que no solo preservan las recetas tradicionales, sino que también innovan, utilizando ingredientes locales y técnicas modernas

Bulla: tradición española en plena CDMX

Creado por el chef Pedro Martín y un grupo de amigos apasionados por la cocina, Bulla ofrece una experiencia auténtica y diversa. Su menú es una carta abierta a los sabores de España, con opciones que van desde el inigualable jamón ibérico de bellota hasta quesos artesanales como el Idiazábal. Las tapas clásicas, arroces melosos y postres tradicionales completan una oferta que destaca por su calidad y autenticidad.

Imperdibles en el menú: El arroz meloso de gambas es una estrella, fusionando lo clásico con un toque contemporáneo. Los postres son un final perfecto, destacando la tarta de queso quemada con frutos rojos y las torrijas con helado de vino tinto.

Precios: La calidad premium de sus ingredientes se refleja en precios que van de 290 a 1,995 pesos, manteniendo el estándar de excelencia que caracteriza a este restaurante.

Pepe: una fusión entre tradición y modernidad

Pepe se distingue por su enfoque en recetas familiares tradicionales reinterpretadas con técnicas contemporáneas. La propuesta del chef incluye platos tan originales como el huevo con polvo de ajo y pimentón o los mejillones con kimchi. Cada plato celebra ingredientes de temporada, como cigalas y colmenillas, llevándote a una travesía de sabores.

Destacados en el menú: La pringá de cocido es un homenaje a la tradición española, elaborada con un giro moderno en masa de fritura japonesa, mientras que el cordero prensado con alcachofas es una muestra de técnica y sabor.

Bebidas: Su carta de vinos y cócteles de autor, que incluye mezclas innovadoras como el pisco con mezcal y jamaica, complementan la experiencia con un toque de fusión.

La experiencia de los comensales

La atmósfera de Bulla y Pepe es tan acogedora como sus platillos. En Bulla, el ambiente es relajado y amigable, ideal para disfrutar de una comida tranquila en un entorno elegante. Los comensales a menudo destacan el excelente servicio, especialmente el del mesero Rigo, quien se ha ganado el reconocimiento por sus recomendaciones y trato personalizado.

Por su parte, Pepe ofrece una experiencia internacional en el Centro Histórico, con un flujo constante de visitantes de distintas nacionalidades y actividades divertidas como juegos de mesa y karaoke, que le dan un toque único a la visita.

Un puente de sabores entre México y España

Bulla y Pepe no solo representan lo mejor de la gastronomía española, sino que también han sabido adaptarse al contexto mexicano. Aquí, cada platillo se convierte en una invitación a explorar y disfrutar de una cultura donde comer es más que una necesidad: es una celebración compartida.

Estos restaurantes son una parada obligatoria para cualquier amante de la cocina que busque una experiencia gastronómica completa. En cada visita, te esperan nuevos descubrimientos, desde los arroces hasta los vinos, siempre con la promesa de un momento inolvidable en la CDMX.