Hola, soy Silvana Ambrosi, tu sexóloga y coach de la revista Royal Deluxe.
El orgasmo femenino es la fase de máxima intensidad del placer, que se alcanza por la acumulación de excitación cuando la tensión placentera alcanza su máximo y se descargan una serie de contracciones involuntarias en los músculos del piso pélvico.
Pero hay algo clave: en la mujer el orgasmo no es el final del placer; a diferencia del hombre que necesita un tiempo de recuperación, tras un orgasmo la mujer puede tener otro luego de unos minutos, volviéndose a activar el ciclo si la estimulación continúa.
No es necesario dejar la situación sexual luego de que sienta esa ola de placer y puedan seguir estimulándose, jugando y disfrutando juntos para que el encuentro sea más duradero y excitante.
Hagamos un recorrido rápido para entender cómo funciona la respuesta sexual. Todo comienza con la fase del deseo, donde se activan neurotransmisores, neurohormonas y hormonas a partir de un estímulo que puede ser físico, como un beso, una caricia, o mental, como pensamientos, una fantasía o incluso un recuerdo erótico.
Esto da paso a la fase de excitación que genera la activación fisiológica donde aumenta el flujo sanguíneo hacia la zona pélvica, provocando lubricación, y mayor ensanchamiento y sensibilidad de zonas como la vulva, el clítoris y los labios.
La tensión puede mantenerse estable en esta fase que llamamos meseta y, si la estimulación continúa y aumenta, la tensión sexual puede alcanzar un punto crítico en el que va a necesitar de la descarga, llegando al orgasmo.
Cuando esto ocurre, el cuerpo libera una serie de sustancias que generan placer, bienestar y una profunda sensación de conexión en la pareja.
¿Cómo ayudas a tu pareja a llegar a este punto?
Primero y lo más importante de toda esta explicación es que te olvides de la prisa.
La exitación femenina suele tardar más en alcanzar su pico, pero cuando lo hace, el placer es más prolongado.
Segundo, el juego previo es clave: besos, caricias, roces, masajes y sobre todo variar ritmo e intensidades. No se trata solo de lo físico, sino también de la conexión emocional y comunicación que tengan.
Tercero, no te enfoques en el resultado. En ocasiones, el deseo del hombre de que la mujer llegue al orgasmo genera en ella más ansiedad de desempeño que la relajación que necesita para que la intensidad pueda aumentar.
Cuarto, puedes pedirle que te guíe en la estimulación que le gusta para que puedas tú profundizar en ella e intensificar su placer.
Sobre el famoso debate entre orgasmo vaginal, orgasmo clitoridiano, te cuento algo: lo importante es explorar y descubrir juntos qué le genera más placer.
No hay una única forma de llegar al orgasmo, sino un mundo de posibilidades cuando hay confianza, complicidad y entrega al momento.
Ahora ya sabes, más conexión, más placer, más orgasmos.
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Te espero en el próximo episodio para compartir más información.