Humildad, trabajo y visión: el hombre que le dio alma a Bimbo
julio 18, 2025
Más de 80 años de pasión, trabajo incansable y liderazgo humano. Así podría resumirse la vida de don Roberto Servitje, cofundador de Grupo Bimbo y uno de los empresarios más queridos y admirados de México.
Su historia va mucho más allá de los números y los panes: es la de un hombre que creyó en el poder de servir, de formar equipos y de crecer sin perder la esencia.
Lo que construyó
El primero en llegar: A los 17 años, en 1945, se unió como supervisor de ventas a la recién nacida Bimbo. Técnicamente, fue el primer empleado de la empresa. Desde ese día, su brújula siempre apuntó al trabajo duro, la constancia y el servicio.
La expansión comenzó con él: En 1954 lideró la apertura de la planta de Guadalajara y la llegada a León y San Luis Potosí. Más adelante, como director general (1978), llevó a Bimbo a conquistar Estados Unidos, Europa, Latinoamérica y Asia. Bajo su gestión, la marca llegó a más de 30 países.
De la panadería a Harvard: En 1969 estudió en Harvard y trajo de vuelta ideas para profesionalizar procesos, tecnología y visión. Como CEO y luego presidente del Consejo, sentó las bases de una compañía que supo evolucionar sin perder su alma.
Liderazgo que inspira: Siempre fue reconocido por su humildad, generosidad y compromiso genuino con las personas. En su mundo, los colaboradores no eran recursos: eran seres humanos con talento, sueños y familia.
Lo que dejó
Una visión con corazón: Don Roberto entendía que una empresa no es grande por lo que vende, sino por cómo trata a su gente. Su legado es una cultura que valora la cercanía, la lealtad y el crecimiento colectivo.
Mentor de generaciones: Formó, guió e inspiró a miles de personas dentro y fuera de Bimbo. Entre ellos, su sobrino Daniel Servitje, actual presidente ejecutivo del grupo.
Impacto más allá del negocio: Su legado no solo se mide en ventas o expansión, sino en millones de hogares que, gracias a Bimbo, tienen acceso a alimentos y empleo, y en comunidades transformadas por una empresa con responsabilidad social real.
Un líder con alma
Don Roberto demostró que sí es posible hacer negocios con ética, formar equipos con propósito y crecer sin olvidar de dónde vienes. Su historia nos recuerda a todos —emprendedores, directivos o soñadores— que:
Se vale empezar desde abajo, si se empieza con humildad.