Cómo vestir según el tipo de escapada Royal (y no fallar en el intento) estilo no es solo lo que usas… es cómo lo usas y cuándo lo usas.

Y sí, en un mundo donde cada plan puede ser una oportunidad de networking o una escena de editorial, un hombre Royal no improvisa su outfit, lo planea con la misma precisión con la que elige el vino  o el auto.

Aquí van tres escenarios aspiracionales —y cómo vestirlos con inteligencia estética:

Eventos ecuestres: elegancia con herencia y control

La equitación no es solo un deporte, es una tradición viva. Y ahí, el outfit no grita, susurra status.

Código Royal:

  • Blazer en lino o algodón crudo, corte clásico
  • Pantalones slim fit beige o blanco hueso
  • Camisa Oxford o de cuello Mao en tonos neutros
  • Mocasines o botas Chelsea de ante
  • Lentes con aire vintage + reloj sobrio
  • Bonus: sombrero de ala media o pañuelo de bolsillo discreto

Marcas clave: Brunello Cucinelli, Ralph Lauren Purple Label, Massimo Dutti Studio

Cena de lujo: presencia que impone sin alzar la voz

En una mesa donde se sirven etiquetas reservadas y se cruzan miradas de poder, tu outfit no puede pedir permiso. Tiene que estar.

Código Royal:

  • Traje relajado (sin corbata) en azul marino o verde botella
  • Camisa italiana abierta, sin botones al cuello
  • Zapatos derby en piel pulida o loafers premium
  • Reloj discreto, joyería mínima
  • Fragancia nicho con firma propia (tu arma secreta)

Marcas clave: Zegna, Tom Ford, The Row, Creed

Fin de semana en Tulum: relajación con estética controlada

Aquí no hay dress code formal, pero sí una expectativa no dicha de estilo.

La diferencia entre turista y insider está en los detalles

Código Royal:

  • Camisas oversized de lino o rayón
  • Shorts estructurados o pantalones de lino fluidos
  • Sandalias de piel o tenis blancos sin logo
  • Accesorios sutiles: pulsera de cuero, gafas redondas, tote de canvas
  • Colores: tierra, azul, mar, off-white

Marcas clave: Jacquemus, Osklen, Orlebar Brown, Loewe Paula’s Ibiza

Cierre Royal

Un hombre Royal no se viste para impresionar, se viste para estar en sintonía con el momento, el lugar y la energía que lleva consigo.

Porque cada escapada, incluso la más breve, es una declaración silenciosa de estilo.