No todas las cervezas artesanales son pretenciosas ni se beben en mason jars, de un par de años para acá, hay una nueva generación de etiquetas que no buscan likes en Instagram, sino respeto en el paladar

Son cervezas creadas por verdaderos alquimistas del sabor, con carácter, intención y un diseño visual a la altura del gusto Royal.

Aquí no hablamos de modas. Hablamos de cervezas que sí valen tu tiempo, tu refrigerador… y tu conversación.

Cerveza Loba (Guadalajara)

La reina tapatía de las cervezas bien hechas.

Reconocida internacionalmente, balancea cuerpo, diseño y originalidad sin alardes.

Recomendación: Loba Alfa – IPA compleja pero redonda, con aroma cítrico y final seco.

Disponible en restaurantes premium y tiendas especializadas.

Loba

Inspirada en ingredientes prehispánicos, con alma experimental y estética impecable, es una cerveza con historia en cada trago.

Recomendación: Saison con cacao y chile pasilla – potente pero elegante.

Ideal para cocina de autor, catas privadas o cenas en casa con intención.

La Brü (Morelia)

Un clásico moderno: bien ejecutada, sin estridencias.

La Brü tiene ese equilibrio que gusta tanto a conocedores como a curiosos. 

Recomendación: La Brü Vienna – malta tostada, suave y sofisticada.

Perfecta para introducir a alguien al mundo craft sin abrumarlo.

Colima (Colima)

Diseño sobrio, sabor limpio, branding que compite a nivel internacional.

La Colimita es ya un referente del “menos es más”.

Recomendación: Colimita – lager premium que redefine lo refrescante con fineza.

Ideal para tardes largas, sin complicaciones ni pretensiones.

Cerveza Fortuna (Zapopan)

Irreverente con técnica. Fortuna mezcla actitud canalla y ejecución precisa, para los que saben que el detalle está en el amargor justo.

Recomendación: Fortuna Pale Ale – amarga en el punto exacto, ideal para carnes, quesos o puro.

Perfecta para barbacoas bien montadas y reuniones con carácter.

Cerveza, elixir con presencia

Una buena cerveza no necesita un manifiesto de 12 páginas, solo necesita hacerte cerrar los ojos, sonreír… y querer otra.

Y en este universo de etiquetas ruidosas, estas cinco marcas van en su carril:

auténticas, bien hechas y con presencia.

Porque el hombre Royal no bebe por moda. Elige lo que vale.