¡Haz clic aquí para escuchar la nota y ser parte de la conversación!

Invitado, padrino o anfitrión: los códigos de etiqueta moderna que sí importan

Vestirse para una boda no es solo elegir traje.
Es entender el papel que juegas.
Porque no es lo mismo asistir… que representar.
Y cuando se trata de una boda Royal, ya sea en un jardín privado, un viñedo boutique o una casona en Valle de Bravo, el estilo no se improvisa: se planifica.

Aquí, la guía definitiva para no fallar.
Y sobre todo, para no parecer que estás en la boda equivocada.

1. El Invitado con estilo (y sin protagonismo)

El rol: acompañar, disfrutar, honrar el momento.
El error común: vestirse como si fuera tu editorial de moda personal.

Claves Royal:

  • Traje bien entallado, en tono medio u oscuro (según la hora)
  • Camisa blanca o celeste impecable (sin texturas ni contrastes innecesarios)
  • Corbata sobria, con nudo perfecto
  • Zapato Oxford o monkstrap brillante, pero no chillón
  • Reloj elegante, discreto (no deportivo)
  • Cuidado con los estampados: menos es más

Pro tip: evita destacar más que los protagonistas. El buen gusto siempre sabe cuándo ceder el reflector.

2. El Padrino: presencia sin exagerar

El rol: soporte emocional y estético.
Estás cerca del altar. Literalmente.

Claves Royal:

  • Traje de dos o tres piezas en gris marengo, azul medianoche o negro satinado
  • Camisa blanca con cuello semi rígido
  • Corbata de seda o pañuelo con un guiño de color (sin robar atención)
  • Zapatos impecables, en piel lisa, perfectamente boleados
  • Boutonnière sencilla, con flor natural (sin combinaciones cursis)

Bonus: si hay código de vestimenta (smoking, guayabera formal, morning suit), síguelo al pie de la letra. No es el día para experimentar.

3. El Anfitrión: sobriedad con carácter

Ya sea el padre del novio, el hermano mayor o el amigo que organiza… si eres anfitrión, tu estilo marca la pauta del evento.

Claves Royal:

  • Smoking bien cortado si es de noche (evita el negro brillante tipo mozo de hotel)

  • En bodas de día: traje cruzado en azul claro, lino italiano o lana ligera

  • Accesorios que dicen mucho sin hablar: mancuernillas, reloj heredado, pañuelo de bolsillo bien doblado

  • Botas Chelsea o mocasines de suela delgada si es una boda al aire libre

El mensaje debe ser claro: estás a cargo, sin ser ostentoso. Elegancia que da confianza.

4. El código Royal de etiqueta moderna

Porque sí, las reglas han cambiado. Pero no tanto.

  • Nunca lleves blanco. Nunca.

  • Si es boda en playa, “informal” no significa “playera y bermuda”

  • Evita texturas demasiado llamativas (terciopelo, charol, brocados)

  • El perfume debe sentirse… solo cuando estás cerca

Si dudas: menos tendencia, más estilo

Conclusión:

Una boda Royal no se improvisa. Y tu ropa tampoco.

Porque saber vestirse según el momento, el rol y el lugar no es una cuestión de moda…
Es una declaración silenciosa de inteligencia social y estética personal.