Taco Tasting Room: el taco que juega en Champions League
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Entrar a Taco Tasting Room es como descubrir un secreto bien guardado en plena ciudad.
Desde el minuto uno entiendes que aquí los tacos no son comida rápida: son un ritual, una experiencia que despierta sentidos y memorias.
Lo mejor es cómo reinterpretan lo que creías conocer.
Cada taco llega a la mesa como una pequeña obra de arte: porciones pensadas para degustar, ingredientes que cuentan historias de distintas regiones de México y un montaje que te obliga a sacar el celular (sí, aunque prometas no hacerlo).
No es solo “comer”: es dejarte llevar por un viaje sensorial donde la tradición se viste de modernidad.
El lugar también atrapa:
Luz tenue, diseño minimalista y una barra que parece escenario de alta cocina.
Ahí todo pasa frente a ti: cómo montan, cómo cuidan cada detalle y cómo logran que el taco ese plato humilde y universal se suba de categoría y juegue en Champions.
La carta es un reto delicioso:
Quieres pedir todo. Tacos de mar, de tierra, con salsas que sorprenden y texturas que cambian a cada bocado.
Probé uno de mariscos con toques ahumados y todavía recuerdo el contraste brutal entre lo fresco y lo profundo.
Y ojo, no acaba en la comida:
La selección de vinos y cocteles está hecha para elevar cada taco.
Maridar un taco con una copa bien elegida fue un descubrimiento que no sabía que necesitaba.
Al salir, te queda la sensación de haber vivido algo irrepetible. Taco Tasting Room no es un restaurante más: es un laboratorio de sabores que redefine lo que significa comer un taco, un espacio que te obliga a parar, saborear y apreciar con calma.
