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El herpes zóster no discrimina, pero sí tiene sus preferencias: el 91.6% de los casos ocurren en adultos mayores de 50 años, con una edad promedio de 69.9 años. Un patrón claro que no podemos ignorar.

Si alguna vez tuviste varicela, hay entre un 15 y 20% de probabilidades de que el virus reaparezca en forma de herpes zóster en tu vida adulta, sobre todo después de los 60. Y el problema no acaba ahí: entre el 10 y 18% de quienes lo padecen desarrollarán neuralgia postherpética, un dolor persistente que puede durar meses o incluso años.

En esta guía, exploraremos por qué el herpes zóster afecta más a partir de los 50, sus primeras señales, las complicaciones que puede causar y, lo más importante, cómo prevenirlo. Spoiler: hay una vacuna con una efectividad del 96.6% en personas de 50 a 59 años.

¿Qué pasa con el sistema inmunitario después de los 50?

Conforme envejecemos, nuestro sistema inmunitario se vuelve más lento y menos eficiente. Este proceso, llamado inmunosenescencia, hace que combatir infecciones y virus sea más difícil.

A partir de los 50:

  • Los glóbulos blancos reaccionan más lento ante amenazas.
  • Los macrófagos tardan más en destruir células dañinas.
  • La producción de anticuerpos disminuye, lo que nos hace más vulnerables.

En España, más del 90% de la población alberga el virus de la varicela en sus ganglios nerviosos, y cuando el sistema inmunitario se debilita, 1 de cada 5 personas desarrollará herpes zóster.

Algunos factores que debilitan aún más nuestras defensas incluyen:

  • Medicamentos inmunosupresores o esteroides.
  • Tratamientos agresivos, como radioterapia o quimioterapia.
  • Condiciones médicas como VIH, cáncer o enfermedades autoinmunes.
  • Factores de estilo de vida como el estrés crónico, la mala alimentación y la falta de sueño.

La doctora Sirelda Navar lo resume así:
«Las personas mayores de 50 o 60 años son más propensas debido a la disminución natural de las defensas del sistema inmunológico.»

¿Cómo fortalecemos nuestras defensas?

  •  Alimentación equilibrada 
  • Ejercicio regular 
  • Evitar el tabaco y el alcohol 
  • Mantenerse al día con las vacunas 

La vacuna recombinante contra el herpes zóster ha demostrado una protección altamente eficaz y duradera.

Síntomas tempranos del herpes zóster

El herpes zóster suele dar señales antes de la aparición de la erupción característica. Estos son los primeros indicios:

Entre 48 y 72 horas antes:

  • Dolor punzante o ardor en una zona específica del cuerpo.
  • Hormigueo, picazón o sensibilidad en la piel.
  • Síntomas generales como fiebre ligera, dolor de cabeza y fatiga.

Aparición de la erupción (2-3 semanas después del dolor):

  • Ampollas agrupadas sobre piel enrojecida.
  • Vesículas que duran entre 7 y 10 días.
  • Patrón unilateral (no cruza la línea media del cuerpo).

En el 60-90% de los casos, la erupción viene acompañada de dolor intenso.

Zonas de riesgo:

  • Tronco y muslos (las más comunes).
  • Cara y ojos (potencialmente peligrosas).

Si la erupción afecta la zona ocular, consulta a un médico de inmediato. Sin tratamiento, puede haber daños permanentes en la visión.

Dato clave: El tratamiento antiviral es más efectivo si se inicia en las primeras 72 horas.

Complicaciones del herpes zóster en adultos mayores

El riesgo de complicaciones aumenta con la edad, afectando entre el 13% y el 40% de los casos.

Neuralgia Postherpética (NPH) – La complicación más común y dolorosa.

  • 27% de los pacientes mayores de 55 años la desarrollan.
  • 47% de los mayores de 60 años.
  • 73% de los mayores de 70 años.

La NPH puede durar meses o incluso años, afectando el sueño, el estado de ánimo y la calidad de vida.

Complicaciones oculares (10-25% de los casos).

  • Queratitis y uveítis (pueden dejar cicatrices en la córnea).
  • Glaucoma y cataratas (posibles secuelas a largo plazo).
  • Pérdida de la visión en casos graves.

Otras complicaciones graves:

  • Infecciones bacterianas en la piel.
  • Meningitis aséptica y problemas neurológicos.
  • Problemas cardíacos y hepáticos.

¿Cómo reducir el riesgo de complicaciones?

  • Diagnóstico y tratamiento temprano (dentro de las primeras 72 horas).
  • Vacunación (previene la mayoría de los casos graves).
  • Manejo del dolor (anticonvulsivantes y antidepresivos tricíclicos pueden ayudar).

¿Cómo protegernos?

El herpes zóster es una enfermedad frecuente y potencialmente grave en adultos mayores. No solo afecta más después de los 50, sino que las complicaciones pueden ser severas, especialmente la neuralgia postherpética.

Lo que podemos hacer:

  • Detectar síntomas temprano y buscar atención médica.
  • Fortalecer nuestro sistema inmunológico con hábitos saludables.
  • Vacunarse: la vacuna recombinante ofrece más del 96% de protección en adultos de 50 a 59 años.

La buena noticia es que podemos prevenir el herpes zóster y sus complicaciones. Con información, acción y prevención, el control está en nuestras manos.