Hola, soy Silvana Ambrosi, tu sexóloga y coach de la revista Royal Delux.
Imagina este escenario: te gusta alguien, te atrae mucho, mueres de ganas, la química está en su punto más alto, todo está a punto, menos tu fisiología, que parece que no quiere salir a escena.
Si te ha pasado esto alguna vez, no te preocupes, ni te apenes que no estás solo, ni tienes ningún defecto.
El 25% de los hombres, si no más, ha experimentado esta experiencia que la llamamos disfunción eréctil ocasional o situacional según sea el caso, y si bien pareciera que el cuerpo no está respondiendo, sí lo está haciendo, pero no al placer, sino al estrés o ansiedad que esta situación en sí misma te genera.
Las primeras veces con una nueva pareja o con una pareja con la que tienes grandes expectativas suelen ser momentos de alta presión emocional.
Pero aquí está la clave: esto no significa que algo esté mal contigo o con tu cuerpo, sino con la manera en que tu mente está interpretando esta situación y reacciona ante ella.
Factores psicológicos y emocionales como el miedo anticipado a no cumplir, la autoexigencia por impresionar que a veces te impones, enfocarte mentalmente en hacerlo «bien», estrés, fatiga, tensión del día, que se llevan al dormitorio, pueden afectar el desempeño sexual por la tensión que generan.
Podríamos decir que aquí la mente se está interfiriendo en tu cuerpo.
¿Cómo puedes restablecer ese equilibrio? Cambia tu enfoque y concéntrate más en la conexión, en las sensaciones que estás teniendo y en el disfrute del momento.
Dale tiempo a tu cuerpo; a veces solo es cuestión de relajar la mente y el cuerpo empieza a funcionar.
Habla con tu pareja, puedes decirle con tus palabras: «Me gustas demasiado y creo que me pongo nervioso; esto no tiene nada que ver contigo, solo necesito relajarme un poco y disfrutar». Son cosas que seguramente también a ella la calman y entiende por qué las cosas pasan como pasan.
El deseo y la excitación que se necesitan para la erección no se prenden como un interruptor. Es un proceso que fluirá mucho mejor cuanto más confianza y tranquilidad haya en uno mismo y en la pareja.
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