Carlos García Noriega y el Arte como Catarsis
- mayo 8, 2025
Soy Carlos García Noriega, artista visual principalmente escultor, pintor, estudié arquitectura y practiqué arquitectura muchos años.
El interés por las artes visuales empezó desde muy chico. En mi casa, en mi familia siempre les gustó mucho el arte, desde mi abuela, que era pintora, Elena Nieto, sus hermanas artistas también. Todo lo que estudié hasta la universidad donde mejor me desenvolví fue en la escultura.
La formación académica fue en arquitectura; hice carrera y maestría. La escuela donde estudié, que es RMIT en Melbourne, en Australia, como el enfoque es mucho en el concepto de la arquitectura, no tanto si se va a poder construir o no, la parte funcional tampoco, mucho el concepto. Entonces creo que eso también me acercó mucho a la práctica de la escultura.
En 2014, hago como mi primera serie ya en forma, y sí quería que fuera muy mía, muy de mi intuición, porque aparte esta serie hablaba de 10 años; digo, es importante mencionarlo porque de ahí como que se detona todo.
Fue una serie catártica; eran 10 piezas, 10 esculturas de madera. Cada una representaba cada uno de estos 10 años, y luego hice una línea de tiempo también de madera que representaba esos 10 años.
Eran los 10 años de un episodio que yo tuve viviendo en Australia en el 2004. Eh, un episodio de alucinaciones que derivó en que yo estuviera internado en un hospital psiquiátrico.
En este episodio de alucinaciones, tuve una; tuve una plática con el sol, y viendo directo al sol, sol de verano en Australia. Donde el sol me decía: «Eh, no estás listo, ahorita vas a estar listo en 10 años». Y a los 10 años hice estas piezas.
Ya en su momento supimos que era epilepsia. Los ataques eran durante la noche, durante el sueño, entonces yo por eso tampoco estaba consciente, ni nadie de mi alrededor, ni mi familia, ni mis amigos sabían que estaba sucediendo esto.
Cuando sucedían estos, este, episodio, bueno, estos ataques epilépticos, yo entraba, entraba en sueños lúcidos.
Yo estaba como en un estado de sueño que duró semanas.
Al principio el arte hablaba mucho de esto, de esta etapa; como digo, la primera serie hablaba de esto. Después, este, ya exploré otros temas, y ahorita ya inclusive ya no, ya no regreso a eso porque siento que ya lo que había que hablar, lo hablé y lo dejé ir.
A su vez, también esa, esa manera del arte como medicina se me hace muy muy linda y para mí ha sido importantísimo en mi vida.
A veces es difícil entrarle a la pieza y hablar de cierto… Aunque, aunque las demás personas no sepan que tú estás… ¿Qué traes a carga esa pieza? Conforme la voy haciendo, ya me deja de influenciar, mi estado de ánimo; mejora.
Pienso en un espacio, pienso en una idea y ya de ahí me voy, no, ¿qué, qué material va a ser lo que…? O qué técnica va a ser la que mejor va a poder representar este momento, esto que quiero también dejar ir de alguna manera.
¿Qué escultores me han influenciado?
Eduardo Chillida, de quien hay una pieza aquí atrás de mí, es una gran influencia en cuanto a cultor en piedra y en metal; Isamu Noguchi, Alexander Calder, Richard Serra, Federico Silva, Manuel Felguérez, Sebastián… Su obra de los 80 es que me gusta muchísimo.
Te diría que inclusive más que exposiciones me gusta más agarrar y decir: «Este es el sitio para la pieza».
Puede ser del tamaño que sea, interior o exterior, pero me gusta mucho que la pieza ya tenga un sitio.
Y creo que eso también va a lo mejor ligado con mi formación arquitectónica; el tener contexto en una pieza me gusta mucho.
Con el tiempo, pues, he sabido también aprovechar esos espacios de mejor manera, y poder escoger qué materiales van a ir.
Si el sitio es exterior, le pega la luz de cierta manera; el espacio usa ciertos materiales. Yo voy a tratar de reaccionar esto.
Si es pura naturaleza, o si es un nicho; es interesante lo que un espacio puede llegar a influenciar una pieza y a mí me gusta mucho eso. Me gusta tener un diálogo con un espacio.
Creo que eso es importante, sí generar una conexión con la audiencia.
Yo soy alguien más que le gusta la conversación más que el choque.
Mis piezas son abstractas en su mayoría, y me gusta que cada quien formule por sí mismo lo que estas piezas quieren decir.
En estos años he podido, afortunadamente, lograr piezas de escalas, diría yo inclusive arquitectónicas, hasta 16 m. De altura, eh… piezas de 36 m de ancho, o sea, es un proceso con ingenieros, con equipo de consultores, poder hacer estas piezas ya de escala monumental, que a mí me encantan, y cuando llega la oportunidad son proyectos que me emocionan mucho.
Mi formación de arquitecto y haber practicado arquitectura me facilitan poder pensar en estas escalas también, pero también cuando salgo pequeño; también para una pintura, este, el pensamiento arquitectónico me ha ayudado mucho.
Por lo menos en mi tipo de pintura, algunas veces puede en un solo día vivir el ciclo completo, o luego, si nos vamos a lo opuesto, tengo piezas que han tardado año y medio, por ejemplo.
Sí, el tiempo es algo que agradezco mucho, el tiempo, el espacio, poder estar en calma también, ¿no?
Para mí es importante este, la calma, el sueño; yo muchas piezas, por ejemplo, las sueño.
Yo he colaborado mucho con Fablab México; desde el principio, las primeras piezas de madera las hice ahí y hasta la fecha seguimos colaborando. Hemos utilizado los routers 3D, las impresoras 3D, hemos hecho piezas de realidad virtual, bueno, todo lo que es programación de las piezas interactivas, de proyección, de sonido.
Siento que, por lo menos, el inicio no debe de ser en él, directo en el programa de modelaje. La idea, siento que tiene que venir de mi mano, tiene que existir un boceto.
Que a lo mejor el único que lo entiende soy yo, que también en su momento es lo único que importa.
Cuando boceteo una escultura, y como que ya la tengo muy clara cómo quiero que sea, y ya la modelé, y ya en el modelo me gusta, lo demás va a ser un proceso de fabricarlo. Pero casi, casi que desde ahí, ya como de ese momento a cómo se ve la pieza terminada y el color que va a ser, ya no la vuelvo a… Ni lo vuelvo a pensar.
Empiezo a pensar en la que sigue.
Siempre estoy pensando en lo que sigue, un poco.
En el momento que estoy trabajando, muy importante la presencia, pero en el, como decimos, en el momento que… Aunque no esté terminada la pieza, pero si ya terminé de dibujarla y sé cómo quiero que vaya a estar, entonces ya puedo empezar a… Ya empiezo a pensar en lo que sigue.
Hasta el día de hoy, yo no he utilizado para nada la herramienta de inteligencia artificial para mis piezas.
Porque disfruto mucho el canalizar un sentimiento, una idea en una pieza.
O sea, hacer una pieza de barro y que se queme con leña y en un horno tradicional, ¿no? Este en Oaxaca, por ejemplo. Eso ahorita me llama a mí muchísimo la atención y quiero hacer más piezas de ese tipo.
No quiero hacer muchísimas piezas; quiero hacer pocas piezas bien hechas.
Que las piezas conecten, conecten con el lugar donde van a estar y con las personas con las que van a convivir también.
Siento que hay mucho camino por recorrer; eso también es lindo.
No sentir que ya llegaste o que ya no hay más que explorar; al contrario, siento que estoy empezando también.
Henry Moore decía que el…
«Que el artista nunca, nunca deja de trabajar».