Greta Lee y Jodie Turner-Smith: las nuevas diosas del universo de Tron Ares
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Cuando una película tan ambiciosa como Tron: Ares (título que evoca al dios de la guerra y al eterno choque entre lo humano y lo digital) decide reinventarse, sabe que necesita más que efectos especiales. Necesita rostro, presencia y discurso. Ahí entran Greta Lee y Jodie Turner-Smith, dos mujeres que no solo actúan: reescriben la estética y la narrativa del nuevo universo Tron
Greta Lee: sutileza, código y poder silencioso
Nacida en Los Ángeles en 1983, hija de inmigrantes coreanos, Greta Lee fue, durante años, la joya discreta del streaming: Russian Doll, The Morning Show y otras series le dieron visibilidad. Pero fue con Past Lives (2023) cuando su carrera se encendió con fuerza: una actuación contenida, íntima y emocional que la puso en la mira de Hollywood.
En Tron: Ares, interpreta a una CEO tecnológica que defiende a su propia creación digital. No es la típica villana corporativa ni la heroína que salva el día: es una mente brillante lidiando con el dilema de haber creado algo que podría superarla. Su personaje abre la conversación sobre ética, autoría y responsabilidad en la inteligencia artificial, temas que hoy pesan tanto en Silicon Valley como en la vida real.
Y sí, hay algo poético en eso: Lee, la actriz que creció paso a paso hasta hacerse escuchar, interpretando a una creadora que debe decidir si su obra merece libertad o control.

Jodie Turner-Smith: fuerza híbrida, belleza estratégica
Si algo define a Jodie Turner-Smith, es su magnetismo. Desde Queen & Slim hasta The Acolyte, su presencia en pantalla rompe moldes. En Tron: Ares encarna a Athena, una entidad tecnológica inspirada en la diosa de la sabiduría y la estrategia.
En palabras de la propia Jodie (vía Vogue), fue su papel “más exigente físicamente”, con trajes futuristas y escenas que mezclan lo humano y lo sintético. “Athena fue creada con intenciones oscuras —dijo—, pero no es una villana plana. Tiene principios. Es el reflejo de lo que pasa cuando el diseño de IA se sale de control.”
Y no solo lo interpreta: lo vive como estética. En el photocall parisino de Tron: Ares, apareció con un vestido couture hecho con piezas tecnológicas —chips, CDs, cables—, una obra futurista que parecía traer la película al mundo real. Su mensaje fue claro: la tecnología también puede vestirse.

Por qué son las “musas” del Ares-verso
Hablar de musas no es hablar de adorno, sino de inspiración activa: aquellas que definen el tono, la voz y el espíritu de una obra. En Tron: Ares, Greta y Jodie cumplen exactamente ese papel.
- Equilibrio narrativo: no son relleno visual; son personajes con conflictos, decisiones y poder.
- Diversidad que empodera: dos mujeres —una asiático-estadounidense, otra afro-británica— encabezando un blockbuster tecnológico es más que casting: es una declaración. Greta Lee lo ha dicho: ser la primera coreanoamericana al frente de una superproducción “no es un privilegio, es una responsabilidad”.
- Biografía y papel en sincronía: ambas interpretan, de algún modo, versiones amplificadas de su propia historia: ascenso, independencia, visión propia.
- Resonancia estética: sus apariciones públicas, su estilo y su energía construyen el lenguaje visual de Ares: precisión, geometría, cuerpo y poder.
En un universo dominado por algoritmos y destellos de neón, Lee y Turner-Smith son las notas humanas que recuerdan por qué todavía necesitamos personajes que piensen, sientan y decidan. En Tron: Ares, las musas no inspiran desde un pedestal: hacen reboot del sistema desde adentro.






